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El Caribe forma parte de mí. Son mis aretes favoritos de plata y topacio que compré en Santa Lucía y la receta de salsa-mango jamaiquina que he compartido con toda mi familia. Y por sobre todas las cosas, el sabor del Caribe está en todos los ambientes de mi casa. Las baratijas y tesoros que fui recolectando en mis viajes convierten los recuerdos en expresiones del espíritu isleño.

Si te estás preguntando qué es lo que define a la decoración caribeña, no son las mesas hechas con barriles de ron ni las pantallas de lámparas con conchas pegadas. ¡Para nada! El estilo caribeño celebra la belleza artística enredada con los tesoros de la naturaleza. También es una mescolanza de legados: las combinaciones perfectamente imperfecta de la cultura indígena de las indias occidentales y las influencias europeas. Las artesanías junkanoo de las Bahamas con los delicados encajes holandeses; porcelana fina blanca servida sobre mantelillos de hierbas marinas tejidos a mano; elegancia y simpleza; para adentro o fuera de la casa.

Cuando viajes en un crucero por el Caribe deja espacio en tu maleta y lleva dinero suficiente para comprar, además de llevar tu cámara para sacarle fotos a todo lo que te inspire para decorar. Te sugerimos algunos puntos para agregar a tus itinerarios y a tu tablero de inspiración:

Color:

Al pasear por cualquier ciudad portuaria verás fachadas y casas pintadas alegremente en colores como verde selva, mango jugoso, coral intenso y azul turquesa: un reflejo puro de las paletas de colores de la isla y el mar.

En Cayo Hueso, alquila una bicicleta y recorre los vecindarios en busca de ideas de color de pintura: jardines de arbustos de buganvillas color fucsia apoyados contra una cabaña color verde lima o una elegante posada victoriana con distintos colores desde los escalones de la entrada hasta el chapitel.

Quizá no te sientas preparado para pintar tu casa de rosado ponche de ron, pero los colores isleños son perfectos para dar vida a muebles restaurados o agregar detalles en las puertas y los marcos de las ventanas.

Si quieres algo mucho más sutil, puedes elegir los colores pastel pálidos que aparecen con el sol de la mañana o la tarde en las islas. Piensa en una pared totalmente blanca en la cocina o el baño, con toques de verde marino, rosado suave o un impactante azul lavanda. Estos colores son relajantes y evocan la vida tranquila en las islas.

Muebles y objetos de colección:

Quizás los muebles de ratán no queden del todo bien en tu rancho en Montana. Recuerda: el estilo caribeño -o cualquier estilo de decoración- no equivale a convertir tu casa en una fiesta temática sino a encontrar ciertos objetos especiales que enriquezcan tus espacios.

Visita los mercados de las ciudades portuarias en busca de artesanías de todo tipo: cestas tejidas, cubertería tallada en madera, candelabros de bambú, por ejemplo. En las Bahamas no puedes dejar de ir al famoso Straw Market, al Centro de Artesanías y a Doongalik Studios.

Cestas tejidas

Textiles:

Para tu cocina o tu baño, agrega alfombras tejidas hechas de fibras naturales o, si quieres algo más festivo, elige un tapiz con los colores del carnaval. Para el dormitorio lo mejor son los accesorios simples. Artículos clásicos que capturen el romance isleño: redes mosquiteras envueltas sobre una cama con dosel y cobertores de algodón blanco con detalles de encaje hecho a mano. En muchos mercados locales también encontrarás manteles, sábanas y fundas para cojines con teñido batik. San Cristóbal es famoso por sus telas teñidas a mano, y ninguna supera a los batiks de Caribelle. Aquí encontrarás de todo, desde tapices hasta almohadones.

Pero la manera más fácil de llevarte el Caribe a casa, y algo que te ofrezca horas y horas de placer isleño, ¡es una hamaca! Las mejores son las de Key West Hammock Company en Duval Street.

Obras de arte y objetos coleccionables:

Las artesanías son el sello del estilo caribeño. Tanto las ciudades portuarias como los poblados pintorescos son un paraíso de los artistas y centros de comercio. En el Viejo San Juan y en St. Maarten planifica bien el tiempo para poder recorrer las boutiques y galerías repletas de obras de arte de todo tipo. Para darte más opciones, Norwegian Cruise Line vende obras de arte inspiradas en las islas a bordo del barco, y trabaja con Park West para ofrecer un servicio de envío sin complicaciones.

Patio y jardín:

No importa dónde vivas o la estación del año, puedes capturar esa actitud caribeña de vida dentro y fuera de la casa. Es tan simple como poner flores naturales en una mesita junto a la cama o ramas de sauce cabruno en un florero; que venga la nieve del invierno. En el verano puedes cultivar un gran jardín, y entre estaciones, abre las ventanas o enciende una chimenea en vez de buscar la perilla del termostato.

Cuando haga más frío y estés soñando con tu próximo crucero por el Caribe, recuéstate y escucha la danza de tu carillón de bambú de las Bahamas que canta con el viento afuera de tu ventana. Te estarán recordando que tienes que olvidarte de tus preocupaciones, donde sea que estés, pero que tienes que regresar pronto de visita.

Muebles de patio caribeños