Aunque su nombre en inglés nos habla de "sonido", Doubtful Sound es, en realidad, un fiordo, que además de considerarse el segundo más largo de Nueva Zelanda, es la segunda atracción turística más famosa de este país. Sin embargo, se queda con el primer lugar por ser el más profundo, ya que tiene más de 1,300 pies de profundidad. Doubtful Sound se asienta sobre el extremo más austral del país y abarca una extensión de 24 millas, a lo largo de la cual pueden apreciarse pequeños islotes y exuberantes montañas cubiertas por selvas tropicales de espesa vegetación, características del lugar. Puesto que el nivel de precipitaciones es muy alto, de hasta 240 pulgadas, no es sorprendente que esta área sea tan frondosa y también es comprensible que la mayoría de los días sean húmedos y nublados, con nubes bajas. Sin embargo, donde hay lluvias también hay arcoíris, lo cual garantiza paisajes espectaculares, especialmente donde se ubican las abundantes cascadas, algunas de las cuales tienen una caída mayor a 2,000 pies. Doubtful Sound también es el hábitat natural de lobos marinos, pingüinos crestados, delfines nariz de botella y ballenas. Incluso hay corales negros que crecen en esta área a poca profundidad (35 pies), gracias a que la luz del sol no puede atravesar la capa superior de agua dulce, intensamente teñida por los taninos de los bosques.